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Descubrirte en la soledad

Descubrí la felicidad aquel día
con tu manto blanco,
los cabellos castaños,
ese resplandor infinito.

Mi mirada traspasó el mundo.
La soledad se cristalizó
cuando tu cabeza giró.
Tu rostro formado por ángeles.
Tu rostro cubierto de inmortalidad.
Tu rostro, mi paz.

Dulzura en las mejillas.
Un trocito de maldad en el iris.
Amor en cada poro.
Furia en la frente.
Esa pasión tan indiferente.

La calma se esfumó
las pulsaciones ya no fueron normales.
Te arrope en mi piel.
Mi alma se convirtió en tu sombra.
Ahora te sigue a cualquier lado junto con la Luna.

En esa magia incomprendida me adentre,
casi muero en esa senda desconocida.
Sino he muerto es porque aún vives.
Porque aun queda el sueño de morir…
                     en tus brazos.

Escucho el mar para oír tu voz,
veo el gris infinito del cielo pensando en tus lágrimas.
Me causa dolor pensar que alguien te lastima.

¿Comes del amor en una boca insensible?
¿Sueñas en los brazos que no te quieren?
¿Escalas la montaña sin mi mano de apoyo?
¿Ríes a palabras que no tienen armonía?

¿Crees que eso es amor?
Mientras yo no puedo morir
Sólo vivo…

Vivo del recuerdo de un instante.
De la sonrisa que se torna más hermosa
en cuantos más días transcurren.

Vivo de tus ojos que me enseñaron el color del amor.

Vivo en una imagen que trató de pintar
en el lienzo donde tropecemos en el verbo amar.

Vivo a la espera de descubrirte
en una de mis noches de soledad.