Acaso todo es tu mirada…
Acaso sobre tu cuerpo
se extiende esta noche que soy yo.
Acaso te bebes
la noche de mi cuerpo en tu mirada…
Acaso es tu aliento inevitable,
aún más frágil que la noche
entre mis ojos…
Debajo de mi almohada
escondiste una invasión de noches.
Acaso las guardaste
impredecibles para el amor.
Acaso guareciste ángeles
debajo de mi almohada…
Acaso todo es como tus huellas
profanadoras de crepúsculos:
Reveses de la luz
bajo mis sábanas,
acechándome toda la noche
hasta el volante amanecer.
Acaso duermes tan mío
que tan sólo pareces despertar…