Una amarillenta y lánguida tarde
De un descolorido día de verano
Caminando lento como un vagabundo
Nuestras miradas se fueron a encontrar.
Con infinita ternura vi en tu dulce mirada
Los anhelos pintados de esperanza
Una promesa de amor infinito
Tus labios juraron amor eterno.
Juntos miramos una misma estrella
Nuestros labios dibujaron ardientes besos
Nuestras manos tejieron bellos poemas
Nuestras mentes un solo pensamiento.
Construí con tezon y gran esfuerzo
Una casita de techo rojo y blancas paredes
Llené de flores sus jardines
Y de aromas sus amplias ventanas.
Buscando el promisor futuro
Cargado de ilusiones y esperanzas
Viajé decidido a tierra extraña
Con la promesa de pronto retorno.
Al volver después de mil azares
Corrí a buscarte cargado de regalos
Pero ya descansabas en otros brazos
Mirando distintas estrellas.
Hoy con gran congoja contemplo la casita
De techo rojo y blancas paredes
Con jardines de flores ya marchitas
Que oscura y vacía parece llorar de soledad.
Lima,12 de julio del 2018