Hermosa y mística mujer del bosque,
te observo silenciosa caminando por senderos
cubiertos de pasto seco y hojas de los tristes árboles...
Aún recuerdo aquel día
cuando yo te vi en lo profundo del bosque,
amando en silencio a la naturaleza,
desde aquel momento mis ojos fueron hechizados con tu magia
y en mi mente está tu soberbia belleza...
Desde aquel momento comprendí
que eras mi estrella en un cielo invernal,
mi guía en el oscuro y sombrío destino,
eres mi sortilegio de las cuatro estaciones,
fundida por siempre en mi,
eres la razón por la que un simple mortal
puede amar con esta locura despiadada.
De esta forma te entrego mi alma,
besa mis labios
y yo acariciaré tu cuerpo hacia las estrellas mas recónditas,
en cualquier dirección al infinito.
Entre tus montañas me perderé eternamente,
en tu valle me deleitaré,
beberé la pureza de tu manantial
y desde los cristales de tu alma
miraré hacia ese paraíso que llevas en tu interior.
Oh, mujer del bosque...
perdida en su hermosura letal,
sortilegio de los cuatro vientos,
luciérnaga del alba,
embriagame de tu ser
y llévame hacia donde la noche es eterna,
quiero permanecer junto a ti
hasta el final de mis días.
En el final del ocaso
la aurora sonríe,
la luna se alza.
El bosque canta al son de la melodía,
y la lluvia está apunto de caer...