Me das el mar, con tu piel de sal.
Me regalas calma por las mañanas.
Transpiras vida y brisa marina.
Hueles a coco y miel de medusa.
Me arrastras con las olas,
y me sumerges en aguas muy profundas.
Te vuelves rojizo atardecer,
cuando baja la marea.
Y me quedo dormido en tu mar de sábanas.