Sentenciada.
Cuando nada sea pecado y te presentes ante Dios, te dirán sus propios labios que el que más te amó fui yo.
Y aun cuando tú no creas en esta expresión divina, del cielo verás que en tierra mi gran amor te ilumina.
Jamás vestiré de ángel ni el cielo será mi estancia: edenes van a bastarme hallándome en tu fragancia.
Cuando nada sea pecado y te presentes ante Dios, te van a faltar los labios del hombre que más te amó.
A Claudia Jara.