Estanislao Jano

Un rostro se vuelve de un mural y se despinta

 

Un rostro se vuelve de un mural y se despinta
una palabra se despinta, de conciencia se descose,
se desescribe hacia la brocha y se recoge
su verdad de sangre, letra y tinta.

 

De un barrio, una pared se descontrustruye,
hasta el cimiento, la historia se excomulga
en su espacio de aire y de silencio se promulga
y un pecado de viento la destruye.

 

Se inspira en la garganta el sacro viento
se arrastra la proclama destruida
como un tornado, se destorna, se aspira
y se comprime en los pulmones el aliento.

 

Queda latente. El tiempo la comprime,
como a un sublime juramento
la lobreguez que ocultan los lamentos
la aquietan y la inhiben

 

Pero al fin se descalla en un murmullo ¡Se suscita!
Se desmurmulla para volver y hacerse grito
¡Pues la verdad no es un silencio ni es un mito!
¡Es la sangre de un pueblo que la habita!