Al recordar la falta de tu presencia
y al percibir tu ausencia
sentí el corazón
ahogado, deslucido,
con mucho dolor.
Como si estuviera
cubierto de puntiagudas
ramas espinosas,
que estaban apretándolo
hiriéndolo y lacerándolo,
sentí que sangraba.
Abrumado por el dolor
y después de mil veces pensarlo
decidí con mucha tensión
arrancarme el corazón.
Con el, en la mano,
aún sangránte y yo dolido
quedé arrodillado.
Quebrado y lastimado.
Cargado de la furia
arrojé tus fotos al tacho.
Eliminé tus mensajes
y las cartas que me enviabas.
En un acto de ira
borré tu nombre
de todos los espacios
donde lo tenía anotado.
Más no me di cuenta
Que equivocado estaba.
Recién noté
que tu imagen y tu nombre
lo llevó grabado en mi mente
y no en el corazón.
Y con tinta imborrable
tu amor en mi pecho
y en mi alma
tatuado esta.
Y tu recuerdo me lo trae el viento
el mar, el Sol y la noche.
... imposible olvidarte.
Antonio Encinas Carranza
D. R.