Jhon Deivy Torres Vidal

TEORÍA DELIRANTE DEL AMOR

Pensando ociosamente he concluido

que el amor y la vida son lo mismo

-Quizá es deficiente silogismo, duda alterna-

son dos formas de nombrar lo incógnito

con sílabas y tildes conocidas.

El pensamiento, el sentimiento y sus conjuntos

son los variables síntomas

del cardiograma que escribe disgrafías

o criptogramas en ringleras y vacíos.

¡Y qué ironía! el amor es un disparo

que atraviesa los ojos y el cerebro

y en el corazón instala sus efectos.

Otros dicen , en cambio,  es un balazo

de frente al corazón, son los ciegos 

que juran que el amor también lo es.

Para complicarme más, recordaré

que alguna vez oí que el amor llega

como la muerte pero da la vida.

Por otro lado, uno deja de vivir 

 y solo entonces al amor lo entierran

para que vuelva a brotar como la yerba.

Uno ama con la mente y el corazón lo siente.

Uno ama con el corazón y la cabeza lo entiende.

Uno ama con los dos, y eso es la vida...

Sabido es que para matar a alguien 

certeramente y sin complicaciones

se debe apuntar al corazón o a la cabeza;

para procrear o ajusticiar al amor

haga lo mismo.