Tengo el pecho preñado de cariño,
tengo el cuerpo temblando de deseo
y mis ojos se inundan de tus ojos,
y mis labios naufragan en tus labios.
Peregrinan mis manos temblorosas
por las simas de amor de tu regazo
y se encuentran a dios entre los valles
que circundan tus muslos plateados.
Y mi lengua sedienta de tus besos
busca en vano saciarse entre tus labios
y regresa a los tibios manantiales
a fundirse de amor desesperado.
Cuando se alza la espuma que me empuja,
que me arrastra con furia hacia tu costa,
me reciben los brazos de tu playa
y me cubren sus algas amorosas
Y mi cuerpo, juguete de tus aguas
nace y muere mil veces y zozobra
agotado, sin fuerzas, abducido
por el cósmico embate de tus olas.