Siento como palpita tu corazón enamorado
mientras el mío apaga su ritmo.
Ya no son necesarias las palabras,
tan solo aférrate a mis brazos
y prométeme, entre suspiros cómplices,
que la Eternidad será nuestra.
A nuestro alrededor los sueños flotan como burbujas:
son mundos oníricos, ideales, donde el Amor
puede crecer y elevarse hasta angélicas regiones,
ascendiendo como una estrella ígnea
sobre toda la creación,
hasta resplandecer eternamente.
Sé que tienes miedo. Somos mortales jugando a ser dioses.
Pero nos amamos: nuestra gran verdad, nuestro gran secreto.
No temas a las lágrimas, abrazáme más fuerte
y verás que no es tan malo compartir
una carga tan pesada.
Al final de cuentas el cuerpo es un vaso frágil
y el alma un perfume eterno.
Y allí donde moran generaciones de espíritus,
brillantes y cálidos como llamas,
nuestro amor triunfará sobre todo pesar,
erigiendo pilares de luz en todo el universo...
...Ahora amor mío, suéltame, dejáme partir,
yo te estaré esperando en esa última estación
de la existencia...