Micaela

Embarcadero

El ángel de la soledad tiene placer y prominencia por mi ser,
ahoga los naufragios del ayer
mientras cruza descalzo los fuegos de mi corazón.
Mi alma desgarrada del abismo y del olvido
renace en la absorta,
fría e inhumana extensión de tu piel.
Kilómetros de angustia recorren mi cuerpo,
anhelando un centímetro de tu compasión,
el deseo se desteje con el pasar de los días,
recuerdo como tu corazón,
el otoño pasado,
estuvo hambriento de mi amor.