Está lloviendo
y el mar no se mueve
frente a mis ojos
me abarca el horizonte,
veinte por ciento agua
ochenta por ciento aire
está lloviendo
y en el reflejo
difuso
no soy capaz
de distinguir,
por culpa de la distancia
las ondas de tensión
en la falsa quietud
que percibo en la mar
las infinitas partículas de lluvia
se estrellan contra el líquido
y me hacen creer
que nada se mueve
pues quedó petrificado
como quien deja su vaso
lleno
esperando a que sea bebido
pero está lloviendo
y el agua no se mueve.
(no puedo confiar en lo que recibo a través de mis ojos.)
lo que estoy mirando ahora
no es
lo que realmente es
el paisaje me ha mentido
otra vez.