Con ganas de buscarla aunque me miren lejano.
La noche y el silencio saben lo que me muero,
mas no saldré a buscarla, pues sé que será en vano,
ya sus labios de néctar no me dicen: \"te quiero\".
La horrible necesidad tendrá que ser cesada,
aprendiendo a verla como una desconocida,
sin decirle una palabra ni con la mirada,
evitando los cuchillos que ahondan la herida.
Como un buen orgulloso, o más bien como un cobarde,
(¡maldita la costumbre de no atizar la hoguera!)
yo busco los rescoldos cuando en ellos nada arde
y soy después un muerto queriendo vida entera.
Sin embargo, por ser tarde, evito los lamentos,
teniendo claro que nada gano si reniego;
y solo, en cuanto puedo, mi olvido aquí lo cuento,
porque es mi única forma de hallar paz y sosiego.