He muerto de amor en esta noche dolida de ausencia
silenciando con un disfraz de niebla la mirada
para no mendigar tu sueño de luz.
Acallo tu nombre en mi cama, lo cerco,
y enhebro mi alma con la tuya
mientras respiro relámpagos de lluvia
que vengan a sacarme de esta languidez desértica.
Una noche más, ha muerto de amor mi corazón,
que no conoce más sed que la de tus labios,
ni más ternura que tu amor en mi vientre.
© I.M.M Todos los derechos reservados.