Solemne en la cama yace una sombra
Mirando al armario del cual proviene
Una mancha negra, olor a muerte
Carcajadas atormentan las estrellas resguardadas
Mientras una mirada se desliza ante una lagrima que se suicida
Al lado del camino llueven agonías
Gotas que al chocar hacen rechinar la vida misma
Un árbol pierde su última hoja
Sin follaje que lo proteja, ahora yace a la suerte de las sombras
Solo el viento prevalece
En este llano de falsos cuentos
Ahora desérticos hasta la última gota de sueños
Esperanzas muertas bajo oro y glotonería
Y el sol ardiente de furia marchita la ultima fruta de este día
La sombra yace aun en la cama
Observando la mancha que se avecinaba
Marcharse al armario que la resguardaba
Sombrío agujero del alma
Sin concederle su deseo de muerte en su mísera agonía
Condenándola a vivir una eterna pesadilla
Mientras la tinta se torna roja y la pluma se funde en la blanca hoja