En época futura viven una raza de gigantes con ojos de lágrimas de San Pedro, peonías y espada redentora .Los hermanos de Titanes los llevaron al tártaro encerrándolos porque los creían unas bestias ,Brontes, Estéropes Arges , Bolívar, y Pàez, hijos de Trappist-1, y Kepler-90.
Son los Dioses del infinito de creación del Supremo, sus poderes son extraordinariamente más potentes que el de su padre y este les temía que lo destronaran de su reinado acabando con el mismo. Hasta que un día llegó el hijo de Cronefius de nombre Z-siete para liberarlos del tártaro con el trato de que lo ayudasen para la gran batalla de controlar el Exoplaneta, expulsando a los titanes invasores. Los gigantes en agradecimiento por su liberación entregaron a Z-siete unos rayos del Catatumbo con el poder de naturaleza devastadora, las extrañas creaturas excelsos en artes militares que ayudaron a Hefesto en el planeta Valencey la batalla fue parte del ejército patriota contra el ejército real del Imperio titànico, los más fuertes Bolívar, Páez , los negros y caciques pelearon en la sabana decisiva.
El gigante Páez formaba los batallones intergalácticos Bravos de Apure Primera División
Cazadores Británicos mecánicos
Caballería robótica
Honor, Húsares
La Muerte, Lanceros de Honor.
Cazadores Valientes, La Venganza, que son cohetes impulsores funcionando con combustible químico, ya sea sólido o propelente líquido, mientras que las astronaves pueden funcionar con motores químicos, nucleares, iónicos o incluso mediante velas solares, materiales que se encuentran en el planeta Maare kaye.
Juntos los gigantes controlaron el exoplaneta liberando la ciudad de Valencey de la tiranía del imperio invasor. Los titanes de otras constelaciones que intentaron apoderarse de el Mene, el metal amarillo, cristales rosa, coltàn, para construir sus armas nucleares y obtener dominio en el Universo, además de intentar robar las Diosas, orìgen del mundo, del fuego y de la luz, Urimare, Marìa Lionza, las más hermosas del planeta del encanto que bautizó el explorador Américo Vespucio quien había llegado en una Cosmonave llamando a el pequeño terruño Venezziola. La fuerza de la naturaleza de los rayos del Catatumbo acabó con la invasión, usando los colores más sublimes de la galaxia, amarillo, azul, y rojo acompañados de los guardianes Oriònidas del lienzo azul de la eternidad. Gracias a la sagacidad, gallardía, de los gigantes libraron de la esclavitud, tiranía, de la especie titánica manteniendo la soberanía y paz de la tierra prometida la pequeña Venecia.