Amanezco con el canto del gallo,
el día es soleado;
lo disfruto mientras paseo.
¡Tilín! ¡Tilín!, y ¡Tilín! ¡Tilín,
me despide la campanilla en la puerta.
Estalla el éter su celeste,
nubes criban los rayos de luz;
rumbean con las arenas del tiempo
y esparcen su nívea crema.
¡Píu! ¡Píu!, trinan gorriones en el camino,
¡Helo! ¡Helo!, anuncia sus helados la camioneta;
siento un punzante calambre en los dientes.
Se posa una urraca en mi vista
canta y picotea la hierba;
su nido está cerca.
Mi aliento ahuyenta el frío ;
la urraca responde con fuerte gruñido;
apresuro el paso con la cabeza en mis zapatos
ella incrementa sus graznidos.
Susurran las experiencias
la sabiduría en mis oídos
las palabras se derriten en mis labios;
su sabor en mi paladar, mi gusto.
La brisa posa su soplo en mi hombro;
los átomos del aire circulan en mi pecho;
siento alivio y ligereza.
Merche Dembar
safecreative1807177742691
17.7.2018