JHONN LORTAM

PESARES

Un domingo la dije adiós; en silencio

con el corazón despedazado

implorando a la muerte

en su paso apiadarse de mí,

pero pasó sin mirarme siquiera.

Y hoy vuelve sin haber estado nunca

¡qué dicha y qué pesar!

¡qué sensato y qué absurdo!

¡qué inefable mundo!..