Alejandra Galeano Valencia

Manolo.

Una ausencia herida grita

cuando abro la puerta y tu espera ya no está,

cuando el silbido no te trae conmigo,

cuando tu cuerpecito no acompaña el frío que se cuela entre las cobijas.

Ya tus pelos no se encuentran en toda mi ropa negra,

la comida dejó de ser un ritual nuestro,

los paseos por La María se convirtieron en solo dos pies caminando.

Ya nadie se me sienta en la panza creyéndose gato,

ni me aplasta la cara con sus garritas para dar un paseo.

El día que te fuiste, llovió

como si le rompieran el corazón al cielo.

Como a mí.