José Luis Barrientos León

A mi hija Maria Jose

 

Otea el firmamento desde la cúspide de tus anhelos

Elévate a la nube donde el amor te espera

Quizá la roca sea pequeña para contemplar la cima de la sierra

Pero tus sueños se erigen grandiosos  para llevarte a la  estrella

 

Alza vuelo sin importar el cierzo que se oponga a tu ala

Revolotea temblorosa sin detener tu esfuerzo

Y cuando levantes tu mirada al azul de la esfera

Tus pies se posarán en la luna, donde se aclara la vida

 

Ahí, en el lugar de las cumbres, contemplaras las llanuras

Ahí en el lugar de la luz, te envidiarán los destellos

Serás pétalo y árbol, ternura y coraje

Serás canto de ave y llanto de la montaña

 Y al destilar de tus ojos, mudará la llovizna a la vida

 

Tu mirada es áncora al sol para aferrarse a la luna.

Desatando los aires que refrescan los sueños

Una sonrisa furtiva, una inocente mirada

Y Dios humano de amor te contempla y se ufana

 

Deja que tu espíritu se pose en la claridad de las nubes

Y desde el altar del celaje, nos miraras encantada

Vida con vida unida, luz con luz amada

Amor de Dios humana, entre las Dalias y el canto.