LA VIDA DE JOSÉ
Este historia se remonta años atrás en mi Callao natal en mi querido Perú. Es la historía de un gran amigo José Gómez. Un chico de 15 años que por entonces en el año 1975 cursaba el 3º de secundaria en la Gran Unidad Escolar “2 De Mayo”, de Chucuito en el Callao. En ese entonces los chicos y las chicas no estudiaban juntos, salvo contadas excepciones y en colegios de gente rica.
Era la época de dictadura militares, tambien era la época del cambio del General Francisco Morales Bermudez como presidente del Perú, quien derrocó al antiguo presidente del gobierno, el Militar General Juan Velasco Alvarado. Ese mismo Velasco Alvarado que inicio la Revolución Peruana. El militar socialista que llevó a cabo el “Proyecto Inca” en 1968, derrocando al entonces Presidente constitucional Fernando Belaunde Terry. Fue el General Velasco Alvarado quien nacioanalizo todas las riquezas que producía el Perú... Y todo a raíz de que se perdió la página 11 del Convenio de Talara. Por aquella maldita y quizás coimerá página que establecía un gravamen que debían pagar los gringos por la explotación, refinación y distribución de los recursos petrolíferos en el norte del Perú, la Revolución y el golpe de estado vieron la luz. Dicho convenio lo suscribieton altos representantes del gobierno del Arquitecto Belaunde Terry y Ejecutivos designados por la Internacional Pretrolium Company (IPC).
Este aconteniento irregular y por demás vejatorio con los intereses de la riqueza petrolífera del Perú, fue el detonante del golpe de estado del General Juan Velasco Alvarado, un golpe de estado ya esperado, un golpe de estado al que sólo le faltaba fijar su fecha en el calendario, ya que su ejecución estaba desde hacía tiempo esperando su momento en la sede del CAEM en Chorrillo (CAEM. = Centro de Altos Estudios Militares) y está se dio un nueve de octubre, día que luego bautizaron como el \"Día de la Dignidad Nacional\".
La Junta Militar, máximo órgano institucional del ente militar en el Perú, solo esperaba un resbalón del gobierno del Arquitecto Fernando Belaunde Terry, para aflorar y golpear la incipiente democracia peruana. Y así sucedió.
A finales de la década de los 50\', en todos los años 60\' y en los 70\', el país vivía una de sus más profundas crisis, tanto económica, como moral, social e institucional. Así que desde años atrás se había creado el caldo de cultivo, para que otra vez los militares en el Perú se creyeran los salvadores de la Patria, concepto que viene desde la época del \'Gran\' Mariscal Ramón Castilla.
Así mediante el poder del garrote y de las armas, las FFAA pretendían reconducir la vida económica, social, industrial y moral del país... Pero casi siempre terminaba siendo igual, todo gobierno totalitario siempre sale mal. Además de buenas intenciones no tenían estos golpes de estado nada más, y este sería otra fracaso como antes lo fueron los Gobiernos desde los lejanos dias del Mariscal Ramón Castilla hasta los más reciente días General Manuel A. Odria.
Tenia José como vecina a una chica de su misma edad, llamada Sofía. Ambos vivían en el distrito de Bellavista, pero sus casas, su vida, sus realidades eran muy diferentes, esto lo marcaba la distinta condición económica de los padres de uno y de otro.
La casa de Sofía era un Chalet de tres plantas grande y bonito.
José vivía en un pequeño departamento, con su madre y sus otros cuatro hermanos.
José estaba perdidamente enamorado de Sofía, pero era muy tímido y en lugar de ser su enamorado, pasó a ser su mejor amigo.
José siempre estaba preocupado por ella, la veía cada día y estaba casi todas las noches en su casa. Pero a José se le tragaba el poder decirle “te quiero”... \"quiero estar contigo”. Eso era lo que se decía en antaño antes de dar a la chica el primer beso, o tal vez era la forma que creía José que debían hacerse las cosas en tema de amores, ya que se crió con su madre y su abuela y las ideas de ellas, sus sufrimientos y fracasos, marcaron el modo de actuar de José y su concepto de las relaciones amorosas a menudo eran anticuados.
Lo cierto es que cuando José estaba de ida ( por las mitad del camino en tema de amores ) Sofía estaba ya de ida y vuelta.
Era Sofía una chica muy avispada para su edad, pero no era de extrañar pues ella actuaba al igual que el resto de chicas de su edad y de su entorno. El mismo modo de vivir obligaba a cada uno a tener que crecer muy rápido, de lo contrario el mundo a tu alrededor te consumía, te quemaba y solo dejaba de ti el polvo y el negro hollín. Sofía actuó como actuaba María, Sonia o Yanet, por nombrar algunas de las chicas amigas de ella y de José. El problema no era de Sofía ni de las otras chicas, ya que ellas se adaptaron al entorno que erróneo o no, era su habitad y ya por el solo hecho de subsistir ello era una \'cuasi\' obligación. Pero José nunca lo entendió así o no quiso verlo. Le costaba cambiar su forma de ser, sea como sea era José un tipo demasiado inocente para el barrio y el momento donde le tocó crecer.
José vio como Sofía tenia un enamorado y luego otro y otro más... y no se fijaba jamás en él. José soñaba con ella y hasta por las noches más de una vez se masturbó pensado en ella, así Sofía fue de José solo una fantasías. Pero Sofía sí sabía que José la quería con locura, y de ello queriendo o no queriendo ella se aprovechaba.
Muchas veces Sofía le decía a su padre Jorge que iba a salir con José de paseo, y lo que hacía es ir a verse con su nuevo enamorado, luego eso sí, de convencer coquetamente a José para que accediera al engaño con su padre. Para que José la acompañaba, le bastaba a Sofía con que le sonreirá o le diera un beso en la mejilla mientras le acariciaba las manos o la cara, junto con un \"por favor José tu sabes que te quiero, que eres mi mejor amigo por favor no seas malito\". Para que José accediera le bastaba un simple coqueteo de Sofía, y a él las babas se le caían. Así que el muy tonto de José dejaba a Sofia en brazos de ese otro chico que no muy mayor que él, que tampoco era mejor ni más guapo que él, pero que seguro era mucho más avezado, mucho más lanzado, que le hablaba menos y la besaba y la toqueteaba más, lo que el joven y moreno cuerpo de Sofía era lo que quería.
Allí estribo la diferencia pues mientras José buscaba siempre llegar al corazón de quien quería -en este caso de Sofía- ella quería -su joven y voluptuoso cuerpo y sus feromonas se lo pedían- otra cosa.
Su cuerpo le pedía que la abrazaran, que la besaran y que la excitaran con caricias en sus zonas erogenas pues estaba descubriendo con mucho placer su sexualidad.
Eran caricias que tambien José deseaba dar, pero luego de a su alma conquistar. ¡Oh mi querido amigo José que iluso fuiste \'my brother\'!
Quizás todo se resumiría a un tema de tiempos y necesidades. José iba a otra velocidad y su velocidad, lo dejaba muy rezagado en la lid por conquistar una nueva enamorada, una nueva \'costilla en el barrio\', lid que a diario entre todos se daba.
José miraba como él, ese chico nuevo y desconocido devoraba con su boca la boca y la vida de Sofía.
No la besaba, la \'besuqueaba\', se la comía literalmente y en cada bocado que de ella él le quitaba, se iba parte de su vida, de sus esperanzas, de sus ilusiones de José, el muy cañalla le robaba no solo a su amor, le robaba su mayor ilusión y eso lo tiene perdón de Dios.
Y el buenazo de José que no paraba de cuestionarse y maldecirse, mientras los celos lo devoraban como pirañas a un náufrago en el río Amazonas. Solo atinaba a apretar los dientes y a agudizar su mala vista, intentando con ello proteger a su damisela, que dicho sea de paso, no quería protección sino quería ser literalmente desvirgada.
Así veloz como el rayo pero lento como una tortuga, el corazón de José pasó de autocastigarse por ser un \'huevon\', por no cogerla a Sofía y mostrarle su hombría aunque ella diga que no; a mostrarse con ella condescendiente y casi sumiso... O mejor dicho otra vez \"un huevón\".
Cuántas veces pensó en darle a la fuerza ese beso pero nunca se atrevió, era tanto el amor que por ella sentía que se trago su orgullo y espero, espero y espero en la lejanía, agazapado entre las sombras de la noche y oculto tras unos portales, vigilando desde la distancia lo que el extraño le hacía a Sofía y ladrando pero no mordiendo.
Eran esos lo peores momentos de mi buen amigo José.
Mientras tanto y al amparo de una hermosa luna llena, el extraño besaba y sobaba todo el cuerpo de Sofía, hasta le pareció a José sentir un leve quejido, un suspiro de placer en la inmensidad del ensordecedor silencio en esa noche de luna llena. Con la sonrisa en la labios y el placer en el rostro como muestra real del beneplácito que a Sogía le daba todo ello, José se autoconvencio que era mejor así, que Sofía era feliz y con aquel placebo calmo los dolores de su alma durante muchas noches.
Era Jorge el padre de Sofía, quien sin querer alimentaba las ilusiones de José:
\"Te casaras con mi hija Josécito, eres el tipo ideal para mi nena... Y ella te quiere, te lo puedo jurar\". Esto y cuento de cosas más le decía Don Pedro al pobre de José, para quien la familia Carreño, formada por Don Jorge, Doña Julia, Carlos, Sofía y Albertin, era \'el sueño de una familia ifeal\', por ello y por no tener padre ni amigos con quien jugar, se pasaba noches enteras en aquella su segunda casa, ya sea viendo la televisión, pues era de los pocos en tener por ese entonces un televisor a color, traído desde el mismísimo USA, o pasar noches jugando al. MONOPOLY, juego que por ser de estrategia casi siempre ganaba como en el ajedrez. Otras noches las pasaba bajo el porche de casa de los Carreño, rontoneando medio en broma medio en serio, palabras de amor a Sofía, quien sí que lo quería pero nunca entendí de que manera, se dejaba abrazar por el, jugaban a hacerse cosquillas, a que la cojo era por la espalda -él a ella- y en el suave forcejeo que ella hacía para zafarse de esa llave que con cariño José le hacia, y en aquel somero forcejeo el dejaba caer sus manos en los senos de ella, Sofía se reía y entre bromas le decía:
\"lo que quieres es tocarme la tetas\", mientras su trozo movía y en dicho movimiento José más tocaba y sobaba suavemente los senos de su amada. Había deseo quien podría dudarlo, pero si ella se ponía seria él paraba, la respetaba más de lo que la deseaba, la quería más que el deseo que sentía de poseerla. Era José más espiritual que físico, quizás por ello Sofía nunca dejó que hubiese algo entre ellos dos, no deseaba perderlo como amigo, era una joya para ella, pero dejar que su mano bajará por su pierna y luego a mitad de camino se quedará, le rompía el deseo que en esos momentos gobernaba su vida... Ella era química y pasión pura, él era amor y entrega mediante la comunicación, eran dos trenes en vías distintas que podrían seguir siendo trenes y amigos, pero si se cruzaban sus caminos seguro sus vidas descarriada.
Cuántas veces quiso José decirle a Sofía que fuera su enamorada, que era la mujer de su vida, que sería luego su novio y al final su pareja y la madre de sus hijos... Vaya discurso para cursi y aburrido.
Sofía estudiaba en el mejor colegio de mujeres de todo el Callao y uno de los mejores de Lima. El colegio de las Madres Concepcionistas, regentado está congregación por monjas norteamericanas.
El colegio se llamada “Santa Rosa”, era unicamente para chicas. Era tan americano el colegio, que llegaban al extremo de cantar todos los lunes por la mañana el himno de los EEUU. en lugar del hinmo patrio.
Era además un colegio extremadamente caro, muy elitista y con mucho caché, donde a las alumnas desde muy niñas les enseñaban inglés americano y Secretariado Ejecutivo Bilingüe.
Pero Sofía no estaba a veces mucho por la labor de estudiar, menos aún a sus 15 años, ya sentía cierto escozor y una sensación de mucha emoción en su reino interior, por lo que don Jorge siempre terminaba llamando a José para que la ayude a Sofía con las tareas de matemáticas.
Lo de ayudar era solo en teoría ya que estando solos Sofía y José, ésta le lanzaba una mirada seductora, le susurraba un par de cositas bonitas al oído y él se derretía como un helado bajo el fuerte sol. Terminando así por hacerle las tareas de matemáticas y todo lo que hiciera falta, con tal de recibir de ella una sonrisa, un beso en la mejilla y una caricia supuestamente de amor, pues cariño repito, ella sí le tenía.
Por sus manos pasaron problemas de matemáticas, física, química, razonamiento matemático y razonamiento verbal.
Luego vino el tiempo en que en cuarto de secundaria a Sofía, le exigían conocimientos básicos de literatura universal por lo que, le mandaron a leer una serie de libros, muchos de ellos clásicos de la literatura universal y otros clásicos de la literatura peruana. Como es de suponer Sofía no estaba en esas fechas por la labor de leer esos libros, ya que la lectura no le agradaba y estaba más preocupada en los besos, los abrazos y sobadas a sus tiernos senos que sus atrevidos enamorados les regalaban. Eso sí, jamás estuvo Sofía con más de un chico al mismo tiempo, no era promiscua, era solo una chica con el cuerpo y las necesidades de una mujer, por ello estaba abierta a dejar experimentar nuevas experiencias. En el fondo era una chica ingenua cuyas hormonas y cuya química no lo dejaban tranquila.
La solución de Sofía fue \'pedirle por favor y por amor a ella\' a José que la ayudara. Él como siempre y esperando algún día romper el nudo que tenía en la garganta, aquel nudo que le impedía decirle \'te quiero\', aceptó hacer de lector y hacerle los resúmenes de las lecturas, así como responder a las preguntas que venían como cuestionario al final de la lectura de cada libro.
Así por amor a un imposible, José empezó con su afición a los libros ya que hasta entonces solo leía las crónicas del “Reader Diggest” y el destartalado \"Almanaque mundial\" que había en su casa, y que junto con los cuatro tomos de la Enciclopedia \'Quillet\', ayudaba a él y a su tío Amadeo, en su ardua lucha por terminar siempre con el Geniograma de los domingos del diario \"El Comercio\".
Fue leyendo estos libros, sobretodo leyendo el Almanaque Mundial donde se imaginaba José viajando a esos países tan desconocidos para él, como “Mascate y Omán”, “Ceylan” y la entonces todopoderos URSS, de quien como todo joven en situación de dificultad económica veía como el paraíso, hoy mi amigo se da cuenta de lo equivocado que estuvo... De jóvenes todos como idealistas somos o comunistas o socialistas, luego nos damos cuenta, que en este mundo el menos malos de todos los sistemas políticos, es aquel que te permite ser como quieres ser, y luchar por llegar a donde humanamente y sin hacer ni daño ni la pelota a nadie, puedes y debes llegar, y el comunismo con ello no encaja ni encajará.
El primer libro que “por amor a Sofía” José leyó, fue “El lazarillo de Tormes” en su versión adaptada y resumida. José empezó a tomar el gustillo a la lectura y gozó como un poseso con las diabluras de Lázaro que así se llamaba el pícaro acompañante del ciego. José le hizo a Sofía a un \'jugoso\' resumen, esto era algo que se le daba de maravilla. Entiéndase que se trataba de Sofía, así que José con ella siempre se luciría. Ella sacó una nota de 20 (nota máxima) en su resumen del libro y 18 de nota en el cuestionario. Siendo aquel año una de los mejores estudiantes de literatura universal del centro.
Sofía premió a José dándole un fuerte abrazo, dejándole que le de un pequeñísimo beso y la acariciara someramente sus senos como cuando jugaban a las cosquillas, pero ésta vez se lo hiso saber que \'era su premio\' que podía sin rubor de disfrutar de ello, eso si nunca le dejó que le tocará los senos sin su ropa.
Luego vendrían “El poema del Mío Cid” y el libro corto “Del Ingenioso Hidalgo Don Quijote De La Mancha”. De la literatura Peruana le tocó leer “Un mundo para Julius” de Alfredo Bryce Echenique, “La cuidad y los perros” del gran Mario Vargas Llosa y \"Siete Ensayos de la Interpretación de la Realidad Peruana” de José Carlos Mariátegui.
Después de cada libro José recibía “su premio”, un besito pequeño, corto, se podía decir que era un click, solo un suave roce de sus labios con los labios de Sofía. El abrazo no fingido que ella si le daba a él, y el dejarle soñar a José con que algún día su enamorado sí sería.
En el fondo Sofía si que quería a José, pero este era muy formal y muy tímido para ella. Sofía deseaba un chico que fuera atrevido, osado y muy dominante, que no se tuviera límites, que su hombría la poseyerá y dominará, que la llevara a ella a decir “para ya” aunque por dentro dijera \"sigue, sigue, sigue por favor\".
Si este hubiera sido el perfil de José ambos hubieran estado juntos.
Como lloraba por las noches José por su amor no correspondido, y por que ella le daba vida a su ilusión, con lo cual lo tenia encadenado a su falda y a depender de ella, a hacer lo que ella quisiera cuando y donde lo quisiera.
Cuántos 14 de febrero pasó José soñando con Sofía, escuchando música romántica y llorando en silencio en el oscuro salón de su pequeña casa, hasta qué, un buen día se convenció de que jamás sería él para ella.
Así se fueron tres años de la vida de José, esperando a su amor platónico pues de ello no pasó. Unos roces con intención de hacerse notar, unos besos que buscaban con locura su boca y que tan solo rozó la comisura de sus rojos y carnosos labios, y muchos abrazos perdidos en entre el cariño y el olvido.
A los 18 años Sofía se quedó embarazada y fue un caos para su familia y un terremoto emocional para José, quién tuvo que enterrar sus sentimientos hacía ella, ahogando en alcohol aquella noche mientras lloraba arropado por su buen amigo Juan
- Juan yo la quiero hermano -a José nunca le gustó decir \'brother\'- y aún la quiero... ¿Ahora que hago? Juan tuvo la paciencia y sabiduría para escuchar a quien tantas veces le había escuchado a su amigo y confidente, a quien conocía lo más blanco y lo más negro de su corto pasado. Pareciera como si en aquella noche, sentados en las bancas de madera de esa cutre cantina, los roles se hubiesen invertido y el confidente, comprensivo y siempre fiel oyente fuese Juan, y el lacrimogeno y perturbado por temas de amor fuese José.
Allí acabo su juventud y parte de su vida de José, después de una borrachera que para otros eran unas pocas copitas, pero que para José no habituado a beber le supo a muerte súbita.
Y tuvo que empezar a buscar un nuevo rumbo en su vida.
Fue él único chico que a sus edad de 18 años, no había tenido su primer beso enamorado. Pero para él era aún más grave, pues sentía que no solo era el primer chico de su barrio con tan indecorosa honra en un mundo de machos y latín lovers, si no que sintió que era el único chico del Callao, de Lima, del Perú, del mundo... Y porque no, del universo entero que a esa edad un beso por amor \"nadie le había dado\", y esto le pesó durante años como una losa en su vida.
Sólo se quedó con el recuerdo de las caricias, lo intentos de besos casi robados y la gran afición que desde entonces empezó a despertar en él la lectura. Lo cual conllevaría que a los 25 años y antes de acabar la carrera de Literatura y Letras de la Lengua Castellana, escribiera su primer libro, naciendo así a su verdadera vocación.
\"Desafortunado en el amor afortunado en el éxito y el dinero\", esto le sucedió a José y hoy pasea sus historia, mezcla de realidad y función por el mundo entero.
Tuvo varias mujeres, pero con ninguna cuajó una verdadera relación, su corazón se quedó preso en ese momento de su vida, entre esos 15 y casi 18 años en su querida Bellavista de su amado Callao.
Contar historias es ahora lo suyo, y lo mío que lo viví todo esto desde una butaca especial en el Teatro de la vida de José, contar su historia es lo que a mí me toca hacer.
Un beso y una flor
Alfredo Daniel Lopez
05 - 07 - 2018