Todos los témpanos se han conjugado en la sobriedad de tus ojos livianos
la hiedra se ha enmascarado en tu pared sutil
enredando las alondras escapadas del estuario.
Al brillo atávico de las morenas cumbres
he remitido versos que desangraron tu equipaje,
se que te sentías feliz en los andamios de tu blancura.
Todas las lluvias se han ceñido a la voracidad de tus pulidas manos
y has extraviado en el camino el pulcro atuendo de lo siniestro,
casi te sientes libre frente a la temeridad de tu hermosura,
se que te sentías feliz buceando en tus anacrónicos anhelos.
Todos los vientos azules se han donado a la estoicicidad de los solitarios pétalos
y procuras una lívida guarida para evitar los estertores de las musas,
no podré alcanzarte sin tu brújula intrépida ni tus candelabros heridos
se que te sentías feliz en tus precipicios utópicos.