Ríos de espejos resflejan sus transpariencias
su espíritu infinito, su belleza vestida de oro…
cubre su cuerpo líbido que seduce en mi mente.
Fragancias de mujer, rocíos que acarician mi vida,
volar… despertar una estrella
ser un arcángel de sus fantasías,
escuchar en esa terraza de fino cristal
campanas de bronce que llaman a silencio,
a fundirse en suspiro callado.
Perfume de mujer, mágica poesía…
convierte en latidos hasta la brisa que la adula
y en ese rastro, deja el néctar de la pasión,
sentimientos sin sentidos…
rosas de otoño que resisten hasta su último pétalo
que desvanecen suavemente hasta el umbral del recuerdo.
Mujer de fuego, mujer de noche…
dócil…de terciopelo color miel
su perfume deja en mi... esperanza,
con aires frescos me embriaga,
su mirada marca los tiempos
sus pasos…la ausencia.