Es que a veces me siento así:
a veces soy tan triste
como una tarde de otoño,
de un domingo,
de Junio.
Tan lleno de penas melancólicas.
Entonces, mis pensamientos
vagan por los inviernos olvidados
de aquel corazón desdichado.
Y me acuerdo,
de historias tristes,
de recuerdos que agitan mis párpados,
del jardín de mi madre,
de los sauces
en la plaza de mi niñez,
donde la vida tenía color rosa
y sabor a poesía…
Me pregunto
¿Qué sería la vida del
hombre, sin las primaveras del corazón?
Y entonces...
Entonces comprendo que:
Es mentira,
es mentira eso que dicen:
Que uno muere solo una vez en
la vida;
Porqué la verdad,
uno puede morir
todos los días
un poco...