Este corazón mío sangre vierte,
y por tu desamor lo tengo herido,
y tanto por tu ausencia he padecido
que espero amortajado ya la muerte.
Que no puedo vivir sin poder verte
me resisto, tu amor, dar por perdido,
pues estoy de por vida decidido
esperando el milagro de tenerte.
Desde que faltas no tengo sosiego,
inmenso desconsuelo ya en mí acampa,
nada puede extinguir este gran fuego.
De corazón maldigo, yo, mi estampa,
que regreses, a Dios, con alma ruego,
¡pues después de la lluvia el cielo escampa!.