Seré, solo bajo la condición de ser suya.
Seré aun más que mis palabras, que todos mis poemas clásicos, seré el cuento erótico que describe los placeres que a diario me perturban la mente, seré aquellas anécdotas profanas que divulgan las ancianas en los conventos, seré un objeto inerte pero complaciente, sosegador y quizás pecaminoso.
Seré la otra víctima de los versos de judas, de los besos de Nicanor y seré simplemente suya.
Me podría enamorar de tantos cuentos y seguiría atada a sus fantasías, amordazada, completamente aferrada a sus deleites, a su voz y a esas cosas que aún no logro descifrar, que emanan de nuestras mentes cuando solemos callar.
Mis pasos van detrás suyo, mi mirada siempre agacha y lo más mágico de todo es que llegamos al mismo lugar, vemos las mismas cosas, sentimos el mismo latir de nuestros cuerpos, las mismas sensaciones elocuentes que caracterizan a los siervos enamorados de dios.
Seré suya, por que no me alcanzan las palabras y usted debilita mi voz.
Seré suya, aún que sea por descubrir o practicar un momento de lujuria.
Seré solo suya y para usted.
Seré suya, por que así lo quiero yo.