Esmeralda Zamorano

Seré.


Seré, solo bajo la condición de ser suya.


Seré aun más que mis palabras, que todos mis poemas clásicos, seré el cuento erótico que describe los placeres que a diario me perturban la mente, seré aquellas anécdotas profanas que divulgan las ancianas en los conventos, seré un objeto inerte pero complaciente, sosegador y quizás pecaminoso.


Seré la otra víctima de los versos de judas, de los besos de Nicanor y seré simplemente suya.


Me podría enamorar de tantos cuentos y seguiría atada a sus fantasías, amordazada, completamente aferrada a sus deleites, a su voz y a esas cosas que aún no logro descifrar, que emanan de nuestras mentes cuando solemos callar.


Mis pasos van detrás suyo, mi mirada siempre agacha y lo más mágico de todo es que llegamos al mismo lugar, vemos las mismas cosas, sentimos el mismo latir de nuestros cuerpos, las mismas sensaciones elocuentes que caracterizan a los siervos enamorados de dios.


Seré suya, por que no me alcanzan las palabras y usted debilita mi voz.


Seré suya, aún que sea por descubrir o practicar un momento de lujuria.

Seré solo suya y para usted.


Seré suya, por que así lo quiero yo.