Terciopelo rojo, tan hermoso,
rodeado de bella noche oscura,
entre sauces verdes sollozo inquieto,
sigo esa candente fogata rojiza..
Fraternos ojos horizontales
flotan entre neblinas,
me destapo sábanas tan sofocantes,
surco raices de tentáculos deformes.
Solo la última logra frenar mi corrida,
soy tan sólo el barro en el que me estrello.
Me entierro
en esta caída de tierra inaudita,
desnucando entre suelos,
provocando ver esa maravilla.
Sigue esa viuda negra sentenciando,
sonríe en su desempeño,
me permite tan solo el tacto,
me juzga en el frío mas nítido...