Ese hombre que tan lento ya camina,
y que sus frases suenan, ya trabadas,
fue tan grande y gallardo en sus jornadas,
como padre es la sombra de una encina.
Supo siempre librarnos de la ruina,
lidiando de la vida encrucijadas,
dejando siempre metas terminadas,
y convirtió una roca en joya fina.
De niño paseaba de su mano,
escuchando las cosas que decía,
como el buscaba ser, cada segundo,
Me dijo trata al otro como hermano,
aplica la justicia, cada día,
y tendrás recompensas en el mundo.