Le pedí que me ahogue
al mar que sólo sabe tapar,
que sólo sabe esconder,
que sólo sabe arrasar.
Le pedí que me sofoque por completo,
que llene mis frágiles pulmones
con la más salvaje fuerza de sus olas.
Que llene éste vacío,
que ponga fin a éste calvario
de saber y no expresar,
de entender pero no cambiar,
de comenzarme y dejarme por la mitad,
de vivir, pero no poder volar.
Le pedí al mar que me ahogue,
que me envuelva en su densidad,
para completarme,
para volver a comenzar.