Hoy como nunca amanecí con un gran encanto,
quise detener el tiempo y me fue imposible,
he cumplido mis sesenta años y es un espanto,
que no pensé llegarlo, pero veo que fue posible.
Hoy doy gracias a Dios y tengo que disfrutarlo,
pues son tantos años que me dio la vida,
ya pasé a otra etapa y también debo festejarlo,
porque la madurez en el cuerpo no es herida.
Hoy dirán que soy una persona de la tercera edad,
otros me dirán que soy muy sabio y muy valiente,
pero al pasar los años vas conociendo la felicidad,
porque el amor de los hijos siempre está presente.
No quiero huir de la vida adulta, porqué hacerlo,
si son los años que te llevaban a la sabiduría,
son mis sesenta años y no quiero olvidarlo,
como cuando a los quince conocí la alegría,
Son sesenta años de amor y de compañía,
y agradecer quiero a aquella mujer que un día,
me entregó dos sueños y también su alegría,
y que van por el mundo haciendo su fantasía.
Hoy aspiro cada día a conocer más mi ser,
y esperar de la vida un mundo sin máscaras,
son sesenta años entre el amar y padecer,
llenos de encanto, de risas y de lágrimas.
Agradezco al amigo que me dio la mano,
en los malos momentos que me tocó vivir,
o la palabra tierna de mi querido hermano,
en aquellos momentos que me sentí morir.
9 julio 2018