Avecilla, tierna y delicada,
tiemblas de frio entre mis manos
huyes rauda de la helada
y yo te abrigo sin pensarlo...
Tu dulce canto alegra los sentidos
tornando calido
este dia oscuro y frio,
ya no parece tan sin sentido...
avecilla, tierna e inocente
la vida, cruel y dura
te golpeo furiosa e inclemente
y te conservas inocente y pura...
pronto volaras nuevamente,
emprenderas la marcha hacia el poniente
pero tu canto seguira endulzando
aquellas tardes de verano...