Ella en el balcón miraba
el prado
donde los hombres
luchaban
por sus favores
mientras la noche
ganaba las sombras
..………..
negras
mezcladas de la sangre
dejada
en el infortunio
de quienes la amaban.
Fuertes hombres
de plateadas armaduras
quebraban sus lanzas
en los cuerpos
del adversario
que se alejaban
sobre sus macizas
cabalgaduras
dejando la marca de la
infame derrota.
Siglos de batallas
y escaramuzas
viriles
muertos
y armaduras
oxidadas
espadas quebradas
llantos
contenidos en ayes
de orgullo herido.
La dama
y su embrujo de amor
avejentaba
de eternidad
viendo morir
varones
retados al infinito
por nuevos hombres
enamorados
sin remedio.
Los tiempos pasaron
hasta que
un día
sin nubes
de radiante sol
desde el bosque
se sintió
un madrigal
suave canción
cantar
a un joven juglar
montado en un
blanco caballo
de gruesas patas
con pulseras
de cascabeles
al son del canto
enamorado
sin armas
vestido de claro
capa
roja de bordes blancos
cantaba
a su amada
y las aves en bandada
poblaron el cielo
mientras
el joven se apeaba
con reverencia
a su amada.
Dice la historia
que ella
abandonó la torre
y que en grupas
del caballo blanco
se fue, llevada
entre sonidos de cascabeles
por el juglar
a tierras gratas
de infinitos verdes
a la costa
de mares azules.