Oh belleza
desgastada...
de un jardín impuro
y bello,
desgarrada en el cáliz
de su boca...
por la rosa deshojada
de su cuello,
no es la vida
la amapola
en su ternura...
deslazada
por la espina
de su labio,
descuidada
por la herida
sin ventura...
en la tarde desbocada
mansamente,
por la esencia...
declarada
de su abrazo.