¿Cómo olvidar a Lima,
la hermosa y señorial?
Coronada de balcones
centenarios,
alumbrada por faroles
coloniales...
¿Quién la ha visto
y la olvidó?
Poblada por vetustas
casonas
y callecitas angostas.
Sus plazuelas visitadas
por palomas,
donde parejas
se dan citas amorosas.
¿Cómo olvidar
su catedral glamorosa,
su cielo gris
tan sugestivo
y su bullicioso río?
En el viento del ayer
regresan las voces
y declamaciones
de insignes escritores,
como Valdelomar y Vallejo.
¿Cómo olvidar
a sus poetas?
Las melodías
de las quenas
de los aymaras
de rostro triste y curtido
por las heladas
de la serranía.
No se pueden olvidar.
Donde la escarcha
se derrama
en juego cristalino
por la tierra.
¿Cómo echar al olvido
las verdes laderas,
los campos floridos
de la sierra?
Los lagos
anaranjados,
y ese cielo primoroso
y platinado
de sus amaneceres serranos,
¿cómo olvidarlos?
Sus aldeas costeñas
de gentes sencillas,
vendiendo alfajores
y rosquillas
por las afueras
de los caminos.
Y nuestra selva
yo no olvido.
Sus frondosos árboles
como coliflores
elevándose al cielo.
El río Amazonas
con sus hondos misterios,
y las danzas
y cánticos
en lenguaje shipibo...
No lo olvidaremos.
Ese es mi Perú,
con la riqueza
de sus valles y ciudades.
Inolvidable
patria mía,
mis pies quieren
caminarte todavía.
Anhelo habitar
en tu regazo,
y cuando llegue
mi día,
quiero para siempre
en tu suelo,
mi descanso.
Ingrid Zetterberg
(En este mes de Julio, mes de la patria en Perú)
De mi poemario:
\"Ciento cincuenta poemas del alma\"
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