Que alcahueta amaneció hoy el sol,
que felicidad la que irradia a mi corazón,
no era mi intención convertirte
en mi más inspirado poema
mi niña del alma.
Hoy serás de mi Jardín
la rosa que con su fragancia y esmero cultivé
para este día tan esperado por ti.
Que hermoso saber que en pocas horas
un anillo con un diamante estrenarás,
y él irradiarà de felicidad tu vida,
porque hoy disfrutarás de lo bello que te brinda la vida.
Y solo le pido al creador felicidad eterna para ti
mi niña consentida.
Vestida de blanco caminaras al altar
y amor eterno a ese diamante le jurarás.
Y un pacto de fidelidad sellaran ante el altísimo
y de la mano andarán consecuentes con la verdad.
Irás al encuentro con tu felicidad
y sin lágrimas quedaras,
y tus ojos secarás
cuantas veces se humedezcan.
Pero no serán lágrimas
de un corazón herido por una espina
Sino el polen que tu:
bella flor de mi rosal
derramarán tus ojos de alma enamorada