Atrévete a mostrar la identidad que cela tu mirada cuando mira hacia afuera: esa otra cara que vela otra verdad, esa que no regala luces y te esmeras en robar a los demás.
Asómate, rasga las vestiduras y anégate en el aire.
No temas entregarte, que yo sabré acariciarte el alma con dulzura y contaremos lunares y pliegues de placer y aprenderás a cantar en el vaivén de la tarde.
Amor, si te desnudas y te atreves y no temes asomarte,
te ofrezco regalarte una pasión sincera y entregarte y entregarnos, a manos llenas.