Te he visto simular tristezas y rendiciones
borrando el rastro de las manada
recorriendo sus restos, sobras
relamiendote los colmillos, cultura.
Y da igual en donde la verdad lleves
o no, el dorado fulgor de su ausencia,
que elijas entre la vida y la muerte,
indiferentes: las tendras a las dos.
Y como un libro desojando
me desharé destronado
por el viento acariciado
sin peso, en un verso flotando;
el cementerio, la libreria de cuerpos.