Siento envidia de quienes no tienen nada
Del indio que disfruta de la música de la selva
Del mendigo que aunque pobre tiene amor en reserva
Y del rico que vive en la intemperie y no en su morada.
Sentir envidia no es virtud ni pecado
Es un sentimiento inevitable
Por mucho que lo intentes no es curable
Solo se cura si la causa, has olvidado.
Ser capaz de amar, es hermoso trance
Quien ama recorre el mejor camino
Para sentirse más que humano, divino
Dichosos los enamorados que tienen el cielo a su alcance.
No soy el dueño de las horas
Y del aire no soy más que un siervo
Quiero amarte sin más demoras
Y sentir que ya soy tu dueño.