Llueve sobre Granada, sobre mi querida y entrañable tierra andalusí.
Llueve sobre la Alhambra y las sinuosas callecitas del bello Albaicín.
Llueve sobre el Genil, como una triste melodía que nunca tuviera fin.
¡Agua va! Ladera abajo, derramando su llanto amargo, triste, infeliz.
La plaza Bibrrambla bajo la tenue cortina, una etérea belleza ilumina.
Sobre la calle Oficios, van formando extrañas figuras sobre el barro.
También llueve a cantaros sobre el melancólico y legendario Darro.
Llueve en Granada y esos negros nubarrones tal parecen algodones.
Lágrimas derramadas sobre mi anhelada tierra granadina y nazarí.
Pétalos de flores con esencia de Azahar, gitana es mi patria andalusí.
Anhelos de un cambio se adivina, que a propios y extraños aglutina.
La lluvia en Granada es ya, el anuncio divino de un cambio singular:
Un tiempo, que está por venir…Mágico y fugaz
Antonio Segar