CUANDO YA NO ESTÉ
Cuando ya no esté, cuando me haya ido
de este mundo natural -al que he pertenecido-,
llevaré junto a mí, de mis amigos, todos mis recuerdos,
de locas andanzas y de viejas historias ¡que ya ni recuerdo!
*
Cuando me haya ido, cuando yo ya no esté,
que les quede claro que mi vida mucho disfruté;
que a pesar de mis enojos, mis angustias y tristezas,
mucho aprendí y que todas mis penas ¡abrieron mi cabeza!
*
El tiempo que he perdido ya lo he recuperado;
y el que me faltó fue por ser un loco trasnochado,
porque el que no tuve, fue parte del que no he vivido
y que por no aprovecharlo, pues, claro, ¡lo he perdido!
*
Habré hecho alguna tropelía y, quizás, algo habré arruinado...
desde niño, en su escala y a sabiendas, alguien me ha odiado;
pero muchos me han querido, pues no suelo ser mal hombre,
ya que me gusta ayudar cuando puedo, sin que, eso, asombre.
*
Mientras tanto, en mi quietud, espero el momento de la partida,
curioso por experimentar cómo será, luego de la entrada, mi salida;
quiero saber qué va a pasar y con qué sorpresas me voy a encontrar,
o si solo será como estar en niebla espesa, sin vivencias que estrenar...
*
Le tengo miedo a un aburrido futuro, que sea distinto al que tuve;
donde me divertí como un niño, aprendí y sufrí, pero me entretuve
como un adulto que siempre fue joven y que se demoró en ser maduro,
(¡gracias a los cielos!) porque no estaría vivo, sino que estaría muerto en un futuro.
*
Cuando me haya ido, cuando ya no esté,
prometo recordar a todos mis amigos queridos
que apreciaron lo que fui, lo que hice y cuánto luché
por estar en sus recuerdos y por lo que he compartido
en esta vida que tuve y en aquella que viene, que soñé.
*
Eduardo Faucheux
29-07-2018