Extraño cada día tu presencia,
te fuiste y los recuerdos me provocan,
las lágrimas causadas por tu ausencia,
son penas que en el alma me sofocan.
Es triste amanecer teniendo frío,
saber que se congela el corazón,
por falta de calor, llega el hastío,
sin ti, la vida pierde la razón.
Jamás quise pasar este momento:
aciago, doloroso y de tristeza,
causante de mi pobre desaliento;
¡Te has ido!, solo queda mi flaqueza.
Pregunto, si el amor está presente:
¿Podrán ser superadas las barreras?
pensarlo es el martirio de mi mente,
sentir que sin luchar de mí partieras.
La luna que de noche me alumbraba,
otrora provocaba mi pasión,
en versos dulcemente la acunaba,
en cambio, hoy solo muestro desazón.
Humilde, de rodillas te lo pido,
si aún sientes amor, regresa a mí,
devuélveme el calor que está perdido,
y así recuperar mi frenesí.