Te amo en la alborada, cuando los ojos, cansados,
se aferran a ese sueño donde te miran cada noche.
Te amo en el primer café de esa mañana nueva
que viene con el mismo sol de un viejo crepúsculo.
Te amo desde lenguaje que me deja decir “te amo”
hasta sus límites que no me dejan decirte que tanto.
Desde la tinta que escribe sobre mi libreta
cada palabra a la que tu existencia ha dado vida
hasta la raíz más profunda de todos los miedos
a los que tu amor ha sabido dar total muerte.
Es que es asi como, quien te ame, debe amarte,
en reciprocidad total del efecto del que eres causa,
en medida del amor con el que tu siempre amas
y a razón de lo irracional que puede ser el cariño.
No mereces menos y quien menos de no te merece.