Las golondrinas hilan rojas
fugacidades al crepúsculo.
Me visita la luna cada noche
como si me robara
cada secreto tuyo:
bajo mi almohada
esperan cual campanas del sueño.
Porque sigo soñando
que el silencio me inventa.
Porque todo me mira y me mira,
Como si todo fuera
Desnudez de la estrella:
Donde yace tu cuerpo,
Donde yace mi cuerpo.
Es que por siempre somos
un itinerario sin fin de despertares,
entregados al viento. Inagotable
¡sed de luz, sed de luz!
Como un ímpetu ungido de opacidades
que vagan por los rastros
de lunas de la noche:
sigilosas esquinas de la sombra…
Quizá soy sólo una cortesana de estrellas
que desciende, luna a luna,
cuando tu noche sola
me seduce esperándome…