La muerte y la vida, no son mas que etapas.
Hay vidas que están muertas
y hay muertos que están con vida.
Todo se resumen a un ciclo.
(VOLUMEN I)
A cinco km de la muerte
El guerrero ya abatido
en el suelo,
inclino la mirada,
y en un destello
de resignación y esperanza;
recordó su primavera.
¡Dime princesa,
dime una vez más:
que aún soy sal y polvo,
que aún me amas y que aún
no estoy muerto!
(VOLUMEN II)
A cuatro km de la muerte
La princesa de cartón,
escondida en su castillo de arcilla,
recordó:
los otoños que fueron y
las primaveras que nunca volvieron.
Las tardes de verano, a orilla de la mar
y las noches del frío invierno,
que jamás han de
regresar.
\"Hay recuerdos que encierran
más primaveras que cualquier beso\"
(VOLUMEN III)
A tres km de la muerte
La oruga, arrojada al destino
se transformo en mariposa.
Con la luz del alba,
bailo y jugo entre
rosas, jazmines y tulípanes.
¡Probo el polen y el éxtasis de la vida!
Al caer el anochecer,
sobras y melancolías
tiñeron sus alas y su vuelo.
¡Conoció la tristeza del porvenir
y los penares de la muerte!
¡La nostalgia de una vida: huele a primavera,
te marchita como un otoño y te termina transformando en un invierno!
(VOLUMEN IV)
A dos km de la muerte
¡Apaguen la luz!
Gritó el búho,
que descansaba junto al arrayán.
¡Apaguen la luz!
Que mis ojos ya no pueden aguantar este resplandor;
mis alas, herramientas oxidadas, ya no me responden.
Mi vuelo, que en el ayer era dichoso y digno de contemplar,
hoy no es más que un triste recuerdo.
Se han olvidado de mí,
las luciérnagas y los gusanos, que en el ayer,
parecíamos hermanos.
¡Apaguen la luz,
hijos del fuego y viento,
que yo,
ya estoy muerto!
Ahí, dónde habita el olvido, es cuando en realidad morimos.
Ahí, dónde habita el recuerdo, nosotros vivimos por siempre.
(VOLUMEN V)
A un km de la muerte
Solitaria araña,
que tejes con lucidez
grises telas
de vida y muerte.
Quiero saber,
araña:
¿Cómo se vive en la soledad?
¿Y en las penumbras?
Araña de mi sentir,
que urdes en mis entrañas
las sedas de las desdichas y los penares.
quiero saber,
solitaria araña:
¿Cómo vives?
para así,
también, poder vivir.
¡Cuando en los corazones, tejen telas las arañas,
no hay recuerdos que escapen de ella, ni de los sentires de la vida!
(VOLUMEN VI)
La muerte tiene sabor a recuerdos
El poeta, ya maldito, recordó su viaje:
por las colinas del cerro de su ñiñez
y la adolescencia, en las pradreras de mayo.
La juventud,
ya no tan joven, en los lagos, de su hermosa
patagonia,
allá en el sur oxidado.
y se preguntó, si este era el viaje
que había olvidado.
El sur del sureño, que nunca viajo hacia norte,
en una primavera eterna se quedó,
añorando y sintiendo
los dulces eneros: en la patagonia y en su juventud.
fin