Ahora entiendo, despues de tanto,
que por el día de hoy, sin tanto llanto,
a puerta cerrada, se planea el amor...
Que no importa cuánto se fuerce,
pues siempre surge
cuando menos se espera, cuando menos se urge,
cuando menos se rete...
Así es la chispa, de la divina vida,
así es la gracia del sentimiento llano,
así es la estancia en el camino bravo,
así es el amor en un trayecto vano...
Ya lo he intentado en mil ocasiones,
tratar de darle curso a un caudal de emociones,
con tal que llegue la que es indicada
para no quedarme, con el tiempo, sin nada...
¡Que equivocado estaba!
Pues al forzar sentimientos
y también a personas
lo único que yo ganaba
era una estancia a solas...
Pero, que te he de contar, amigo que me lees,
si tan bueno es el amor, que a todos os quiere,
si tan bueno es que se arraiga en el corazón
y desecha, paulatinamente, la fiel razón...
¿Qué te he de contar si a vos sonríe
y a mi siempre me cuenta
entre las vicisitudes de la vida
un pésimo chiste?
Vamos que no puedo hablar mal de un amorío,
si a mi que me desprecia
me ha enseñado algo del destino...
Pues aquel que se sumerge en él como un río
obtiene ganancia al pescar con ahínco
y aquel que nada contra la corriente
es fácil que pierda el equilibrio, aún estando de frente...
Por eso, viejo amigo joven,
el mejor consejo que te puedo dar,
es que andes con tus veintitantos por andar,
que no te preocupes por lo demás,
Que todo se acomoda en su lugar
y cuando menos lo imaginas, pues ya está,
así que no lo dudes y sal a disfrutar.
Que los veinte ya no vuelven aunque quieran regresar,
pues el camino recorrido es grato,
pero nunca un buen lugar,
para quedarse a vivir, al recordar.