Sacrificada mujer que mientras lava la torre de platos que los puercos han dejado Imagina el cielo con un millón de sabores,un pastel con placenteros aromas y una flor dorada que se vuelve su perpetual corona. Luego es turno de llevar la botella de cloro ,mientras da la orden el ogro . El delantal desgastado ,el pantalón viejo no consigue opacar sus luceros hechiceros. El cuerpo transido por los kilos de mugre que limpia en la gigante casa. Aún así ella de imaginar ,fantasear y dictar alabanzas a los voladores ,no se cansa. La falsa ama de casa ,llena su panza y se enorgullece de una existencia ambiciosa y vaga. Con suerte, sus manos han lavado una taza,en tanto esta humilde muchacha Constanza ,hasta las estrellas pule con sus palmas blancas. Esta mujer de feminidad inmensa Va al cartucho oscuro que le entregó la vieja. Cansadisima desata su trenza. Él detrás de la puerta observa . A su valiosísima reina. El cobarde nada ha dejado por ella. Y Constanza ni siquiera sospecha Que el esposo del ogro abusivo Por ella desesperado se desvela . Él en un cofre le tiene refugiado más de trescientas diez y ocho joyas. Jamás se ha atrevido a entregárselas Hoy con ella fantaseo Mínimo han sido doscientas veces Que la imagina penetrandola bajo el sol Y unas garzas curiosas de lejos observando con pudor. Otro día más que la muchacha escucha El grito horrible de la mandona. Tuvo que guardar su blanca donut. Sin haber probado desayuno su boca. Fue a limpiar las botas de la gorda. Mientras el sumiso Trataba de apagar la sed con el amargo café Su espalda observarle y no tocarle Que tortura más desesperante El olor a lustrazapatos de la doncella con toques de limpiapisos Para él candido paraiso. La inocente de rabia explotó. Le lanzó la bota por el hocico. Constanza tomó tres vestimenta y se largó con sus pocos pesitos. Y pasaron siglos sin que ella por allí apareciese. Ya no pudo soportar más esa esclavitud. Y el estúpido sometido. Nunca su amor encendido revelo. Y aún sigue con el ogro que le tiene empresas Otro escrito que Usted Creador me permite Karla Helena Escritora Chilena Todos los derechos reservados Copyright