Aún el luto
no ha teñido
mi vereda,
pero hace mucho
que tocó a mi puerta,
el duelo
de tu ausencia.
Aún tus pasos
mudos
mis umbrales
desean.
Pero tu orgullo
dejó mi sendero
sin tus huellas.
Existe un muro
que nos separa
y nos ahuyenta,
y más que juntos
cargamos solos
nuestra sombra
a cuestas.
Ingrid Zetterberg
De mi poemario:
\"Ciento cincuenta poemas del alma\"
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