(I)
ENERO...
Cuando los campos
se cubren de blancura...
y vienen los labios
a uncirse en su secreto,
empieza la tierra...
a herirse en su desierto,
junto a la lluvia escasa...
se anudan mis recuerdos,
viene mi alma...
vestida de amapola,
buscando
la inmaculada luz...
del último retoño,
la aurora se esconde
en su pálido capricho...
en los cálidos veranos,
lejanos de consuelo.
(II)
OCTUBRE...
Llegan los vientos preñados de abandono
y se derraman silentes en valles y cañadas,
se tallan desnudos de rayo asustadizo
junto al arroyo caliente...
de angustia zozobrada,
la Natura se muestra impura en su ternura,
bendiciendo el éter labrado de su cetro...
junto al azul primero, herido en su sonrisa
se acrisola sereno... el oro de su beso.