De la misma forma que observo el mar
los mosquitos buscan la salida
a través del espejo
de un parpadeo
llega a mis oídos
la sal del espejismo
como pólvora arrancada
en la flor de la vida
cuyo umbral redunda
en una tenue voz
que teje de contigüidad
el lento despertar
de los cuerpos enamoradizos
rellenos de vocales
abiertos al anonimato
de la poesía escéptica
del viento desubicado
que bajo la fuente alada
forja la historia del ruido